Dios llama a Moisés con el propósito de sacar a su pueblo Israel de en medio de la esclavitud, la aflicción de este pueblo fue vista y escuchada por Dios, esto lo registra Éxodo 3:7
La liberación de este pueblo tenía como objetivo, la transformación de una nación esclava a una libre, conocedora de Dios, cuya labor sería adorarle, éxodo 6:7 “os tomaré como mi pueblo y seré vuestro Dios” la tierra prometida a Abraham era el destino, aquello que fue deseado por 400 años una tierra en la que fluye leche y miel, esta liberación fue majestosa sellada por grandes portentos y milagros en gran manera sobrenaturales, esto fue una gran victoria para el pueblo de Dios y al mismo tiempo, una gran humillación para Egipto.
El pueblo era ahora libre, el látigo de los egipcios no estaba mas sobre ellos, solo restaba aligerar el paso hacia la nueva tierra.
Pero, era necesario que antes de entrar a la anhelada tierra prometida, este pueblo fuese reformado, transformado, sus normas y estándares de valores cambiado, toda aquella influencia social egipcia desterrada, ya eran libres físicamente, mas era necesario que fuesen libres en su moralidad.
Y Dios presenta su Ley, como aquella que regularía la moralidad de su pueblo, una nueva constitución, un conjunto de mandamientos que transformaría, la relación con Dios, sus relaciones interpersonales, y con ellos mismos, ley que transformaría el núcleo familiar, y de esta forma la sociedad entera.
De este modo Dios estableció absolutos para su pueblo. Lo que determinaría el comportamiento de toda la nación, no sería el hombre y su libre determinación de sus actos, como si la balanza para determinar si un acto es bueno o malo fuese del hombre, las verdades absolutas señaladas por la ley de Dios, determinarían la senda a seguir, para el pueblo de Israel la autoridad la tendría Dios a través de su palabra.
Que le hace pensar a la sociedad de nuestros días que el soberano Dios cambio de opinión, y en esta etapa del camino, si se le permite al hombre y su pragmatismo regular la moralidad, el hombre con un corazón engañoso, no puede evaluar si una conducta es buena o no, tal pensamiento permite que muchos cometan todo tipo de aberraciones y crean ser justificados por el hechos de sentir en sus corazones que era bueno para ellos, Hitler pensaba que hacia algo muy bueno al asesinar a tantas personas.
"Santifícanos en tu verdad; Tu palabra es verdad" Jn 17
Por David Guzman Mendoza
Pastor
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