Iglesia Bautista Reformada Sublime Gracia
Sermón N 11
De la serie de sermones sobre la carta del Apóstol Pablo a los hermanos que se encontraban en Roma
Texto: Romanos Capitulo 7
Tema: La muerte es la solución
Introducción.
El apóstol pablo después de enseñar en el capítulo anterior, el tema del reinado del pecado y sus consecuencias como también el reinado de Cristo junto con sus consecuencias, retoma el tema de la ley, y deja claro que se está dirigiendo a hermanos judíos que están en roma.
(Rom 7:1) ¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?
Como se trataba de hermanos judíos estos conocían de la ley y como todos están sujetos a ellas y están obligados a cumplirla y solo puede escaparse de esta obligación con la muerte, de modo que un hombre está obligado a amar a Dios mientras viva, no importa cuál es su condición de vida, este sano o enfermo es su deber ante la ley amar a Dios por sobre todas las cosas, debe honrar a su padre y madre aunque no viva con ellos, mientras el hijo viva debe honrarlos.
Y el apóstol presenta un ejemplo muy bueno de la obligatoriedad del hombre a la ley.
(Rom 7:2) Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.
(Rom 7:3) Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.
De modo que la escritura enseña, que el hombre esta casado con la ley y solo la muerte puede separar este compromiso
Y esto debe producir en nosotros la siguiente interrogante.
¿Qué oportunidad tengo si solo la muerte puede salvarme de la ley? Y si la ley me señala como pecador y muero en esa condición ¿no estaré entonces condenado?
Si solo la muerte me separa de la ley pero al morir soy condenado, no hay salvación para mí y es esto lo que quiere demostrar pablo, todos pecamos y estamos destituidos de la gloria de Dios.
Y deseo seguir este sermón bajo la siguiente afirmación, “LA MUERTE ES LA SOLUCIÓN”
Creo que todos debemos gritar ante una afirmación como esta “No” si morimos en condición de pecado seremos castigados eternamente.
¿Cómo puede ser la muerte la solución? Esta solo nos acercaría a nuestra desgracia eterna es necesario demostrar porque la muerte es la solución.
(Rom 7:4) Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.
Habéis muerto a la ley dice pablo, si ya morimos a la ley deberíamos estar todos condenados, pero no es así, ¿morimos todos los creyentes a la ley? Si, mediante el cuerpo de Cristo.
Y esto solo es posible si entendimos uno de los poderosos temas que el Apóstol viene tratando en esta epístola y este es la gloriosa representación federal de Cristo por los suyos.
Cristo vivió bajo la ley
Y tiene sentido textos como estos.
(Gal 4:4) Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,
De modo que si El nos iba a representar debía vivir bajo la ley, esta es la razón de la encarnación de la persona del Hijo, muchos se han preguntado ¿Por qué fue necesario que Cristo viviese en este mundo pecador , fuese circuncidado, presentado, bautizado y andar en perfecta piedad y obediencia a la ley y al mantenerse puro nos representaba con la santidad suficiente para no ser señalado por la ley, nació como nosotros bajo ley para ser como nosotros, pero no peco, la ley no encontró nada que señalar en él.
y esto lo colocaba en una posición en que no temía a la muerte, pues todos los hombres que vivimos, en nuestro interior tememos a la muerte puesto que en la condición que nos encuentre nos llevara a condenación o a gloria y si todos pecamos la muerte nos lleva a condenación, pero es aquí en donde la gloriosa representación del Cristo nuevamente toma lugar.
Cristo murió.
Lo encontramos profetizado.
(Isa 53:12) Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.
Y cumplido.
(Mar 15:37) Mas Jesús, dando una gran voz, expiró.
El murió en nuestro lugar, era necesaria la muerte de Cristo, porque solo la muerte puede separarnos de la ley y si morimos nosotros en condición de pecado estaremos condenados, pero al morir El en representación nuestra los efectos de la muerte no serán para nosotros, y Pablo lo entendía de esta manera y por esto escribió.
(1Co 15:55) ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?
Cristo resucitó
Nuestro salvador pudo haber vivido bajo la ley, y la pudo obedecer perfectamente, pudo haber muerto en muerte sustituta, pero cuál es la garantía para que este logro pase a nosotros, no es otra la garantía, más que la promesa del Dios que no miente.
(Isa 25:8) Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho.
(Joh 10:11) Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
Joh 10:27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
Joh 10:28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Joh 10:29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
(Apoc 1:18) y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.
Cristo murió y resucito, para hacer posible que su pueblo encontrar representación en el en su muerte , par no estar mas sujetos a la ley y que esta nos señale como pecadores, sino ser justificados por los meritos de aquel que vivió, cumplió, y murió pagando todas exigencias de la ley y haciendo posible, nuestra salvación por su obra sustitutiva, gloria sean dadas al cielo por Cristo, cuanto beneficio recibimos al ser de Cristo, y cuanto consuelo produce al alma cansada del creyente el entender que ahora ni la muerte me puede separar del amor de Cristo.
por: Pastor David Guzman Mendoza
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